martes, 28 de febrero de 2012

No con mi dinero!

Me han contado que antes en las empresas pagaban en metálico. El sobre de la nómina era eso, un sobre con dinero dentro. Te lo metías en el bolso o en la billetera y para casa, imagino que con un poco de miedo por llevar el salario del mes encima.

Los hijos que aún vivían en casa les entregaban el dinero habitualmente a la madre, que solía ser la administradora de la economía. Ella devolvía al hijo lo estipulado para sus gastos mensuales y repitiendo la misma operación con todos los salarios que entraban, repartía el resto entre las distintas partidas que había que cubrir. Solían ser luz y agua para las familias más modernas que ya no tenían pozo ni candiles, alimentación, los "muertos" (esto era imprescindible desde la llegada de cada recién nacido)... y devolver lo fiado durante el mes anterior en las tiendas. Esta partida tenía dos vertientes: los gastos de imperiosa necesidad que a veces no quedaba para pagar a tiempo, como la leche de vaca recién exprimida que se vendía por cuartillos, el pan y los garbanzos y los gastos de necesidades creadas, que ya llegaba el marketing a las casas, como la lavadora, el televisor o el traje de marinero para la comunión del niño.

Y si después de todo eso sobraba, o algún mes al año sobraba, entonces se metía en el banco, por no tenerlo debajo de un ladrillo, que al final dicen que se pudre si no lo aireas.

Toda esta introducción para contaros que voy a sacar mi dinero del banco.

Me pregunto cuántos de mis gastos puedo pagar por mi cuenta sin que el dinero pase por una entidad bancaria. Esto no es porque me guste complicarme la vida. Es porque una empresa, que (aún) recibe el fruto de mi trabajo con una regularidad pasmosa y que juega, invierte y se beneficia con él, no solo no me reparte sus beneficios sino que me lo pone muy difícil cuando más necesidad tengo. Y el resto del tiempo me cobra hasta por respirar, recaudando de por vida y muy duramente por haberme prestado para pagar una vivienda.

Sanguijuela, parásito, ... que vives de mi y ni siquiera me haces la pelota; que te has montado en un globo y planeas sobre los mortales mirando desde arriba. Farsante, que no te importa quien no te aporta. La hipoteca con tu pan te la comas, pero voy a sacar el resto cada mes y veremos los montoncitos que me salen. Si son habas contás y da para lo que da. Pero lo voy a tener yo; y lo voy a meter en sobres, como antaño. No gracias, no te molestes en hacer los pagos, que por eso también me cobras.

Empezaré por elegir empresas de servicios que no exijan domiciliación bancaria de recibos, que hasta para pagar la electricidad en el mercado regulado puedes hacerlo sin domiciliar. Esta parte es la que tengo que madurar, cómo realizar pagos sin perder demasiado tiempo y energía, y sobre todo evitando la intermediación de entidades financieras. Porque para Paypal se necesita una cuenta asociada; aunque los bancos abren un día por la tarde y se puede pagar en ventanilla, que es otra opción...

Cuando vaya a la compra semanal, iré con efectivo y con una asignación proporcional y equilibrada con el resto de montoncitos. Seguro que gastaré menos si llevo X encima, que si llevo 6000,... o Visa o Mastercard. Nada de caprichos, o los mínimos, que los excesos le van mal a mi salud y a mi linea. De paso me fijaré en los precios para memorizarlos y pondré el coco en marcha para calcular; seguro que mi edad cerebral también va a tener algo que agradecer.

Si tengo la suerte de que me sobre algo alguna vez ya veremos si te lo doy para que me lo guardes, porque, total, para lo que me vas a dar seguro que lo compenso con lo que voy a gastar de menos a partir de ahora.

En vez de dártelo, creo que voy a comprarme una hucha que acabo de ver en la tienda de publico.es. Es una hucha contable que reconoce las monedas al pasar por la ranura y te dice en todo momento lo que tienes. Se puede resetear y poner a cero si lo sacas todo, pero cuidado con robarle, esos tics compulsivos que a veces tenemos y que desequilibran la balanza. Al final no te saldrán las cuentas y volverá a ser lo más parecido a un banco.