Se inventarán una y otra vez, sintiendo con intensidad cada toma hasta su particular the end, retocando el guión continuamente sin importar los cambios de registro. Los créditos siempre serán los mismos.
Aunque nunca llega el final perfecto.
Quizá el objetivo secreto sea no llegar al final. ¿Tanta molestia para que todo acabe? No queda inspiración más allá del fin de aquel eterno principio.
A este adagio le faltan siluetas lentas y luz tamizada.
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