domingo, 22 de enero de 2012

La tristesse durera toujours

Pinta tu paleta de azul y gris. Contempla un día de verano parisino con esos ojos que conocen la oscuridad de mi alma. Congela la brisa y los fríos del invierno y hazlos color sobre el país de tu nevado lienzo.

Las flores ardientes como lenguas de fuego y los remolinos de nubes violetas se reflejan en tus ojos azul China. Los tapices de colores cambiantes, el ámbar campo de trigos y los rostros surcados, los suavizas con tu amante mano de artista.

Retratos colgados en salones vacíos, cabeza sin marco sobre paredes sin nombre, con ojos que miran a un mundo que no olvidarán. Como a los harapientos extraños que conociste, y la espina plateada de la rosa maldita, que viven aplastados contra la nieve de tu lienzo.

Ahora entiendo lo que intentaste decirme y como sufriste por tu cordura. Tu querías hacerles libres y ellos no te escucharon, no supieron. Tampoco supieron amarte. En cambio, tu amor era verdadero. Por eso cuando bajo aquella noche estrellada viste que ya no quedaban esperanzas, tú te quitaste la vida, como a veces hacen los amantes.

Quizá este mundo nunca estuvo preparado para alguien tan bello como tú.


(Con el permiso de Don McLean por tan licenciosa interpretación de su obra)

2 comentarios:

prometeo dijo...

Una interprtación que es pura poesía, que a veces se destila en palabras, o en canciones .... o se queda atrapada para siempre en un lienzo para crear belleza entre colores, tantos como tiene la vida. Y Van Gogh, simplemente fascinante.
Gracias por pasarte por mi blog.

Mike S. Blueberry dijo...

precioso...